El señor de la noche.
- María Ninfa Loza Valdés.
- 2 feb 2014
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb 2021
El vaivén secuestra su paso,
yace ante la sombra del embalaje.
dilatado mirar, "espejo negro que humea"
irradia un sol desnudo,
el telar de las estrellas lo arropa.
Con siniestro encanto se desliza entre los barrotes…
Desciende.
La selva, reverencia su paso,
humedece,
le corresponde, ante la sensación de caricia
Palpita entre sus garras, como tierra fértil
Ofrenda el aroma de la presa.
“Animal de fuego” asecha,
le besa el cuello, la posee.
Sacia el deseo voraz del “señor de la noche.”
Eclipsa la bóveda celeste sobre “el corazón de la montaña”
El telón de sus ojos se levanta,
Pasa por el ruido del abandono y la desesperanza.
De una selva agonizante hacia los barrotes de un:
Dios Maya.
Dios Azteca.
Dios Olmeca.
Dios Zapoteca
Dios Jaguar.
Casi extinto…
En el olvido.
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